lunes, 22 de febrero de 2021

LLamadme Ismail y los mosaicos

 


Uno de los temas recurrentes de la novela es el de los mosaicos.  Ya aparecen en el primer párrafo del capítulo 1:  

"“Llamadme Ismail”. Así nos pidió que nos dirigiéramos a él tras su ponencia en las jornadas sobre arte islámico "Las Mezquitas del Mediterráneo" a las que acudí en el verano de 1992, en el entorno de la Exposición Universal que se celebró en Sevilla aquel año. Su ponencia trataba sobre los mosaicos de la Mezquita de los Omeyas de Damasco".

Estos mosaicos representan el paraíso, y son el objeto de la ponencia que Ismail realiza en Sevilla en 1992. 

 "Algún día tienes que ver la Mezquita de Damasco, Germán – me dijo entonces – . Sus mosaicos son la imagen del Paraíso: follajes abundantes, ríos caudalosos, palacios idílicos en teselas multicolores sobre fondo dorado. Son los jardines del Edén. Allí no se reflejan los suplicios de infierno, como ocurre en las iglesias cristianas medievales, como aviso a los descarriados y herejes. Al contrario, el creyente es recordado en todo momento acerca del paraíso del que disfrutará si sigue las enseñanzas de Mahoma. El infierno y el paraíso, la obsesión de las religiones, que no son otra cosa que el miedo y la esperanza, las dos caras de la misma moneda".

Este es un enlace a una página web muy interesante dedicada a los mismos: 

https://www.almendron.com/artehistoria/arte/arquitectura/el-islam-desde-bagdad-hasta-cordoba/iii-la-gran-mezquita-de-los-omeyas-en-damasco/

La foto de cabecera del blog es una parte de esos mosaicos. En concreto, hay uno, el que está bordando Amira, que es el que se reproduce al inicio de esta entrada. 

Ismail le cuenta a Germán en el capítulo 3 por qué le atraen tanto los mosaicos: 

"Los mosaicos me atraen poderosamente desde niño. Me quedaba hipnotizado al comprobar el meticuloso engarce de las teselas de colores, ajustadas milagrosamente unas con otras. Son como un puzzle, un monumento a la paciencia, la precisión y la delicadeza. Y también son una metáfora de la mezcla pacífica y ordenada, de la posibilidad de la convivencia a pesar de las diferencias."

En otro momento de la novela también se citan los mosaicos del Museo de Maarat an-Numan, el más importante de Siria en este sentido. La siguiente página es un enlace a lo ocurrido allí durante la guerra: 

https://elpais.com/cultura/2012/10/16/actualidad/1350384860_452280.html

Otros mosaicos que aparecen en la novela son los de Itálica en Sevilla, en concreto el de Neptuno, el Poseidón romano, en el que Ismail se fija especialmente, como premonición de sus aventuras en el mar. 

El otro mosaico de Itálica que se menciona es el de los amores de Zeus o de Júpiter, que se encuentra en la casa de la Condesa de Lebrija en Sevilla. Estos son dos artículos sobre su historia, que también aparece en la novela. 

https://cesarlopezgomez.com/los-amores-dejupiter-el-mas-bello-de-los-mosaicos-de-italica-casa-de-la-consesa-de-lebrija-sevilla/

https://www.elmundo.es/andalucia/2015/08/23/55d984c2268e3ee4408b4571.html

Finalmente, también aparecen en la novela los mosaicos del mihrab de la Mezquita de Córdoba, admirados por Germán: 

"Miro asombrado los mosaicos desplegados en la cúpula del mihrab, la joya más preciada de la Mezquita, un prodigio de la arquitectura, una fantasía hecha realidad. Me detengo maravillado en los motivos vegetales, epigráficos y geométricos formados por las pequeñas teselas en oro, rojo, verde, azul y otros muchos colores, y recuerdo la admiración que sintió Ismail al contemplarlos. Pero ahora Ismail está en las antípodas de todo esto".






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